Manifiesto

La Plataforma de Derechos Humanos y Salud Mental de Navarra nace en Marzo del 2017 a iniciativa de la Asociación Mejorana (Asociación de personas con diversidad mental y experiencias de sufrimiento psicosocial) en colaboración con otras asociaciones relacionadas con salud mental (SM), profesionales y personas interesadas. Surge para impulsar el desarrollo de un modelo centrado en la persona, donde la voz de sus usuarios y usuarias sea escuchada y tenida en cuenta. Y nace sobre todo ante la creciente preocupación por prácticas que se realizan demasiado frecuentemente en los centros de internamiento (UHPs y otras unidades públicas y privadas).

A día de hoy, la coerción, es decir, la presión ejercida sobre las personas psiquiatrizadas para forzar su voluntad o su conducta, está demasiado presente en la asistencia en SM. Existen diferentes medidas de coerción en este ámbito como son el ingreso involuntario, la incapacidad civil, la contención mecánica o la sobremedicalización. Son muchas las personas ingresadas en contra de su voluntad y presionadas para seguir un tipo de tratamiento no deseado que incluso puede ser nocivo. También hay personas que pueden llegar a ser incapacitadas civilmente. Estas medidas que se utilizan añaden aún más sufrimiento al malestar emocional inicial por el que contactaron con los servicios de SM.

Esta Plataforma se crea para impulsar cambios porque cree que la atención en Salud Mental debe ser especialmente considerada con los valores, creencias, deseos y necesidades de las personas que acuden a ella.

Ejemplo de ello es que existe un impulso de cambio en nuestro país sobre este tema. En Junio del 2016, se firmó el Manifiesto de Cartagena por una Asociación de profesionales y diversas Asociaciones de usuarios, usuarias y familiares, con la mira puesta en erradicar la Contención Mecánica.

En el plano normativo, hay dos documentos que van en la misma línea: por una parte,se puede entender la Declaración Universal de DDHH de Naciones Unidas (1948) que en su punto 9.1 indica que todo paciente tiene derecho a ser tratado lo menos restrictivamente posible y a recibir el tratamiento menos restrictivo y alterador que le corresponde a sus necesidades de salud; por otra parte, la convención de los DDHH de las personas con discapacidad. De hecho, el Tribunal Europeo de DDHH ha tenido que pronunciarse en diversas ocasiones a solicitud de usuarios y usuarias de servicios d SM por la falta de respeto al artículo 3 de la convención Europea de DDHH que prohíbe tratos inhumanos y degradantes. No cabe duda que la perspectiva de esta Plataforma se integra en esta línea de pensamiento y acción.

En la intervención social, no hay una única manera de ayudar a personas con sufrimiento psicosocial. Para ser eficaz, la ayuda debe acomodarse a las necesidades y valores de la persona e involucrando a su núcleo relacional inmediato.

Lo primero es tener voz para expresar y debatir sobre lo que se está viviendo y disponer de la información adecuada y suficiente para poder tomar decisiones en el proceso de recuperación. Exigimos que no se nos excluya y deseamos que se abra paso una corriente social solidaria que acepte la diversidad personal y que permita a las personas ser protagonistas del cambio.

Es prioritario que en los Servicios de Salud Mental se desarrolle una perspectiva que integre el consentimiento informado y el respeto al derecho de autonomía, ofertando y permitiendo escoger diferentes opciones de ayuda como la psicológica, familiar, social y comunitaria y no solo la farmacológica -y menos de manera forzosa-. Para estos objetivos se necesita potenciar los procedimientos ambulatorios y ampliar la diversidad de recursos.

Actualmente, la legislación permite el arresto preventivo y la privación de libertad obligatoria con autorización judicial de personas con diagnóstico psiquiátrico sobre la base del riesgo que se considera que plantean -para sí mismos o para otros-, antes de que realmente hayan cometido un delito o un hecho concreto. Una vez ingresada obligatoriamente, la persona se ve obligada a asimilar que puede ser tratada en contra de su voluntad, sin garantía de que se respete su autonomía y preferencias. En general, todo esto, mediante la administración de medicación, utilizando para ello los procedimientos de manejo que los profesionales consideren adecuados en cada caso, entre ellos la sujeción mecánica.

La práctica de la contención mecánica consiste en la sujeción mediante ataduras a una cama de una persona que habitualmente se deja aislada durante horas o días en una habitación, y a veces sin respeto a su intimidad. Es una práctica no exenta de riesgos físicos (llegando a darse casos de muerte) y causa de gran sufrimiento, algo puesto de manifiesto por informes y estudios. Las asociaciones de personas psiquiatrizadas, de profesionales e incluso instituciones como la ONU, la declaran como una práctica que se debe eliminar. Esta medida genera sentimientos de humillación, impotencia, abandono, trauma y estigma victimización de quienes la viven. El trabajo posterior de recuperación se ve perjudicado -dificultando una relación de ayuda-, puesto que lleva al colectivo a perder el vínculo y la confianza en los servicios de Salud Mental. En consecuencia tratando de evitarlos, dado que temen que el trabajo terapéutico pueda establecerse en estas circunstancias.

El colectivo de personas psiquiatrizadas, junto a muchos profesionales, creemos que dejar atrás la sujeción es posible. De hecho, existen países y hospitales donde su práctica es altamente infrecuente o inexistente. La sujeción nunca tiene un carácter terapéutico y sigue siendo un mal que debe gestionarse de una forma más humana.

Por tanto, esta Plataforma realiza un llamamiento para que se extinga esta práctica en las Unidades de Hospitalización Psiquiátricas de Navarra.

Pedimos a la Administración Foral, a los partidos políticos, instancias judiciales, al Defensor del Pueblo de Navarra, al Servicio de Salud y a los Comités de Ética Asistencial del SNS-O, que consideren esta petición.

Exigimos a los y las responsables de la Gerencia de Salud Mental que establezcan  estrategias y un cronograma hacia un horizonte de Contenciones 0. Esto incluye la formación de los y las profesionales para gestionar las situaciones de crisis y el uso de estrategias alternativas. La sujeción mecánica debe de ser una reliquia del pasado, un recuerdo desagradable que inspire una sociedad mejor.

Superar la coerción en el campo asistencial de Salud Mental será beneficioso para toda la sociedad, porque mejorará los servicios de ayuda, haciéndolos más diversos, sensibles, respetuosos, comprensivos, accesibles y humanos.

Plataforma de Derechos Humanos y Salud Mental en Navarra